Ubicada a más de 40 kilómetros de la Ciudad de México, es una metrópoli vibrante durante ocho siglos, que en su apogeo contaba con 125,000 habitantes repartidos en 22 kilómetros cuadrados.

El Valle de Teotihuacán les ofreció un buen lugar para asentarse, con agua potable, suelo fértil para el cultivo del maíz y conexiones con las grandes rutas comerciales mesoamericanas.

Hay pocos datos sobre los habitantes del valle antes de la construcción de las grandes pirámides. La parte norte del valle comenzó a recibir grupos de varias partes del Altiplano Central de México y posiblemente de algún lugar en el medio de la costa del Golfo, quienes se asentaron en lo que se llama Oztoyohualco, la «ciudad vieja» del náhuatl. En la parte norte del valle construyeron la pirámide del Sol, un gran montículo de tierra cubierto de roca y erigida en una sola etapa de construcción, y la pirámide de la Luna, una serie de siete edificios, cada uno más grande que el anterior.

Dos kilómetros al sur se encuentra el templo de Quetzalcóatl o Serpiente Emplumada y un espacio abierto denominado Gran Conjunto, que pudo haber sido el mercado central de la ciudad.